Pequeña, te mereces esto y mucho mas. Ella es como uno de esos cubos de
rubik. Llena de colores que, por mucho que lo intente, no puedo juntar. Y
un día aparece azul, fría y distante, mientras que al siguiente eres
rojo que abrasa y arde. Se ríe de todo y de todos. Ve el mundo de una
manera especial. A veces da la sensación de que todo le resbala. Me
gusta. Tiene ese nosequé quéseyo que me hace girar para mirarla,
calculando el siguiente movimiento. Y, aunque siempre he sido buena
haciendo de pitonisa, ella me sorprende. Jamás sé qué dirá o hará.
Es...perfecta. La parte rebelde e impetuosa que necesito, la parte
sorprendentemente genial que siempre he buscado. La emoción que me gusta
sentir corriendo por mis venas. La caja de sorpresas que se abre cuando
menos te lo esperas. Y como cuando la ves y sabes que podrías pasarte
toda la tarde con ella, sin necesitar nada más. Tiene una personalidad
increíble, por las sonrisas, por donde pasa ella todo brota a su
alrededor. Sólo dice lo que siente y lo dice de verdad. Con la verdad
enredada y pisoteándole los talones. Ella es más que un motivo para
sonreir. Es uno de los motivos por los que merece la pena vivir. Y no
voy a decirte que no me dejes sola porque sé que nunca lo harás. Sabes
que confío en ti y sé que pase lo que pase no me vas a dejar caer porque
yo tampoco voy a dejar que tu caigas. Si tu caes yo caigo. Ahora mismo
siento que nada va a sorprenderme, nada va a ser lo suficientemente
magnifico e inesperado, no después de haberme cruzado contigo. Eres lo
más cercano a la perfección o mucho más que eso.
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